domingo, 30 de marzo de 2014

Capítulo 1- ''Reencuentros''

Ariadna sale del tren y busca con la mirada a su padre, pero no lo ve por ningún lado, no podía  creer que se hubiera olvidado de ella.

Un hombre de unos cincuenta años, con el pelo canoso y cuya cara le resultaba familiar ser le acerca.
-Eres Ariadna, ¿verdad? – le pregunta sonriendo.
-Sí, soy yo – la muchacha le mira confusa.            
-Soy Carlos, amigo de tu padre, es que no ha podido venir, tendrás que venir a mi casa y esperar allí.
-Que bien – la chica hace una mueca de desagrado.
-El coche está por allí- Carlos le señala hacia la derecha y los dos se echan a caminar- Has crecido mucho, supongo que no te acuerdas de mí.
-Tu cara me suena mucho, pero no consigo recordar quién eres- Ariadna sonríe levemente y cuando ve que Carlos le detiene junto al coche, sube a él.
-Bueno, seguro que pronto recordarás.

*Mientras tanto, en Mairena*
-Joder tío, ¿no está tardando mucho papá? – el gemelo se dirige a su hermano mientras da vueltas en su habitación.
-Jesús, estate tranquilo, el tren se habrá retrasado un poco – otro chico idéntico al anterior juega a lanzar al aire una y otra vez una pequeña pelota, intentando ocultar sus nervios.
-¿Y si no se acuerda de nosotros?  Tío, que han pasado más de cinco años – suspira y se deja caer de espaldas sobre su cama - ¿Habrá cambiado mucho? ¿Seguirá igual de guapa? ¡Dios! Que llegue ya, por favor.
- Yo también tengo ganas de verla, también era mi mejor amiga, ¿recuerdas?  Pero cállate ya, ¡plasta! – dice y le tira la pelota a su hermano en la cara.

[…]
Ya están entrando en Mairena de Aljarafe, cuantos recuerdos inundan la mente de Ariadna, pero no puede evitar pensar en ellos, ¿qué habrá sido de los que eran sus mejores amigos? ¿Se acordarán de ella? ¿Cuándo los volverá a ver?  Demasiadas preguntas sin respuestas aún.
Pensando y pensando, no se da cuenta de que han llegado y que Carlos ya ha parado el coche.

-Puedes ir entrando, yo te bajo la maleta – Ariadna asiente y baja del coche, camina hacia la entrada de la casa y entonces recuerda quien era Carlos, y que todas sus preguntas obtendrán respuesta en unos minutos.
La puerta se abre de repente y ve a unos chicos idénticos, los que fueron sus mejores amigos durante diez años.
Los gemelos sonríen a la vez, cinco años después, por fin vuelven a verla.
-Chicos…- susurra, no aguanta las ganas y va corriendo a abrazarles.
-Te he echado de menos- Jesús la abraza con más fuerza aún de la que lo hace su hermano.
-Y yo a vosotros, mucho- Ariadna se separa de ellos y sonríe- ¡Pero qué guapos estáis!
-Bueno, chicos, si queréis podéis entrar, que la maleta pesa – Los tres se apartan de la puerta y se ríen.
-¿Subimos y nos ponemos al día? Habrá muchas cosas que contarnos – a Daniel volver a ver a Ariadna le ha sentado genial, había sido como su hermana y cuando se fue a Barcelona lo pasó muy mal.
Los tres suben a la habitación y se sientan a hablar y a contarse todo lo que les ha pasado durante estos cinco años.
-Me he acordado muchísimo de vosotros, de verdad – Ariadna sonríe tristemente acordándose de todos los momentos en los que les ha necesitado y no han podido estar ahí.
-Pues no veas Jesús la guerra que ha dado contigo estos años, una vez dijo que quería irse a Barcelona porque te echaba demasiado de menos – Dani ríe al recordar la escena.
Entonces el móvil de Jesús empieza a sonar.
-Dime, si, enseguida voy, ahora nos vemos, te quiero- Jesús cuelga y mira a Ariadna.
-Me tengo que ir, lo siento, otro día nos vemos, ¿no?- la chica asiente y observa como Jesús sale de la habitación, de verdad que le hubiera gustado que se hubiera quedado algo más.
-Ariadna, ha llegado tu padre – Carlos se asoma por la puerta de la habitación.
-Dani, nos vemos otro día, ¿vale? – Daniel se levanta y le da un abrazo a su amiga.
-¿Te paso a buscar mañana y damos una vuelta?
-Está bien, ¿a las cinco?- Ariadna le da un beso en la mejilla y sonríe, sale de la casa para encontrarse con su padre.

-Hola hija, cuanto tiempo, has crecido mucho. 

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